martes, 19 de mayo de 2020

Día 66



Plauto decía que el hombre prudente es el artesano de su propia dicha, y De Montaigne añadía “¿Qué más puede desear?”. ¡Qué ilusión! Pero la realidad se presenta de otra forma, ahora la venganza y el odio adoptan una misma dirección. Todo camina contra la naturaleza, vivimos disfrazados de prudencia sin conocer qué es; de profesión: máscara.
Como el rey de Tracia cada persona tiene ahora a un propio dios que adorar, y prohíbe que el resto de las personas adoren a su dios, hay tantos dioses diferentes como personas. ¡Hay tantos reyes de Tracia! El poder y el gobierno corresponde a quien ha sido elegido por los ciudadanos. Y ninguna persona ha votado al rey de Tracia.
Si contemplamos los pájaros, esos que ahora se acercan tanto a la terraza, a la ventana, al balcón, descubrimos que poseen un comportamiento similar. Si presienten un peligro levantan el vuelo. Si tienen hambre o sed buscan algún lugar para saciarse. Si desean reproducirse, ajenos al amor, cortejan y engalanan su aspecto.
El pájaro prudente y el hombre prudente. Ambos artesanos de su propia ventura. El discurso, el valor y la verdad.
Hay una acción que nace del silencio: la justicia.