La vida se ha convertido en una
respuesta que esperamos y que nunca obtendrá respuesta. Algo simple y educado.
¿O tal vez poco educado? Salimos y entramos. Regresa el calor y regresa el frío;
la desesperación, nos separamos, nos volvemos a unir. Salimos, entramos.
Tenemos un tiempo limitado que se
agota, un tiempo doctrinario, un tiempo que ha dejado de ser lógico. La cultura
ha perdido la tradición de compromiso, ha perdido la propia esencia cultural.
Somos incapaces de responder a las preguntas, los intelectuales son blandos,
funcionarios fáciles de sustituir, héroes imaginarios de un guion escrito por
ellos mismos.
Intelectuales de Protección
Oficial (I.P.O.).
El silencio no se puede romper,
tal vez alguien desee hacerlo, pero eso solo es ausencia o descomposición.