lunes, 26 de noviembre de 2012

Destellos



LA diferencia entre un destello y un matiz radica en la esencia. El destello es primitivo, espontáneo y simple.

Todos deseamos alcanzar la infancia, recordar aquello que ocurrió mientras dormíamos. Pero nos quedamos en la vergüenza. Lo pasajero es simple, dormir es alimento.

La vergüenza es un acto que comienza en domingo. Justo cuando la luz descubre los sentidos.

Decimos no a todas las personas. Decimos no a todos los escritos. Decimos no a aquello que nos viene impuesto, a la manera formal de la contradicción.

Vuelvo a ponerme las zapatillas y salgo a pisar la hierba. Hay bellotas por el suelo que crujen en el paso. Hay hojas que caen de las enredaderas, y ramas del sauce llorón. Todo muere en invierno y todo resucita.

Ha venido Platón con bata y sin misterios. Deseaba escuchar a Mozart, en sus tiempos de joven no pudo nunca hacerlo. Se ha quedado prendado de las voces, de las notas, de los verbos.

Destellos, destellos, destellos. Solo hay destellos en la poesía de ahora. Destellos figurados que caen como bellotas al suelo de los justos.

El silencio posee tono, y ritmo, hasta cadencia. El silencio es la noche y todos sus conjuros. El silencio es la vida en soledad, la muerte. El destello no habita en el silencio.