LA diferencia
entre un destello y un matiz radica en la esencia. El destello es primitivo,
espontáneo y simple.
Todos deseamos
alcanzar la infancia, recordar aquello que ocurrió mientras dormíamos. Pero nos
quedamos en la vergüenza. Lo pasajero es simple, dormir es alimento.
La vergüenza es
un acto que comienza en domingo. Justo cuando la luz descubre los sentidos.
Decimos no a
todas las personas. Decimos no a todos los escritos. Decimos no a aquello que
nos viene impuesto, a la manera formal de la contradicción.
Vuelvo a
ponerme las zapatillas y salgo a pisar la hierba. Hay bellotas por el suelo que
crujen en el paso. Hay hojas que caen de las enredaderas, y ramas del sauce
llorón. Todo muere en invierno y todo resucita.
Ha venido
Platón con bata y sin misterios. Deseaba escuchar a Mozart, en sus tiempos de
joven no pudo nunca hacerlo. Se ha quedado prendado de las voces, de las notas,
de los verbos.
Destellos,
destellos, destellos. Solo hay destellos en la poesía de ahora. Destellos
figurados que caen como bellotas al suelo de los justos.
El silencio
posee tono, y ritmo, hasta cadencia. El silencio es la noche y todos sus
conjuros. El silencio es la vida en soledad, la muerte. El destello no habita
en el silencio.