A MARCO Aurelio
le dedico un espacio y un tiempo. El mismo que a Epicteto. ¿Meditar o disertar?
Dejamos de ser
tiempo, solo espacio. Pero el espacio es uno y el tiempo es infinito. Ocurre
que el tiempo debe ser concretado en el espacio único. Y la naturaleza, aunque
sea contemplada externa o internamente, tiene un fin y un principio.
La poesía se
asemeja más al tiempo que al espacio, aunque figure en él. Dejar de ser es
tiempo, ser es espacio.
Sigo en 1986,
he comenzado a escribir un poema. Ser uno
mismo siempre, / acostumbrarse a ser o a no ser nada, / olvidar que uno
tiene apenas cuatro días / para cambiar el mundo / o vivir o ser algo, / y hundirte en la miseria / con los mismos motivos que llevan a la fama, / en sólo cuatro días. // Y llevamos muriendo varios años, / pensando que el acierto de ser hombre / no es más que un enunciado metafísico, / y no eres más que un pez / o una estrella o una nube, / y no eres más que un alma del siglo dieciocho, / porque vivimos apenas cuatro días, / los mismos que nos llevan / a agradecer la vida.
El poema se
titula “En cuatro días”. Apareció publicado en Última cordura (1993). ¿Meditar o disertar? Nunca logré controlar
la diferencia, ni siquiera la variedad o la controversia que provocan las
dimensiones. Incluyo al tiempo, el espacio habita en el ser.
No salgo de los cuatro días,
del ser, del no ser, ni del dejar de ser. Vivirás en el mundo si no estás en el
mundo. Contemplarás la naturaleza aprendiendo a contemplar la naturaleza.
Serás, aunque sean cuatro días, si dejar de ser tú para ser uno mismo siempre.
Marco Aurelio, Epicteto,
Platón. De fondo suena María, sigue montada en la bicicleta blanca. Dice que no
tiene frío y que fuera es, dentro deja de ser.